Todo el edificio se resuelve con una cubierta abar-cante
de vigas de madera laminada que flota so-bre
el terreno a 2,70 m de altura. Las vigas están
separadas 1,50 m a ejes y tienen 72 cm de canto,
lo que aporta al techo una fuerte presencia y un
gran relieve plástico. De esta forma se espera que
las vistas y la atmósfera interior queden atrapa-das
bajo una “tapa” singular pero amable. Se con-centran
las energías del proyecto en este techo
escultórico porque los usuarios realizan buena
parte de las actividades de rehabilitación tumba-dos
en camillas mirando hacia arriba, o tienen una
ARQUITECTURA & MADERA 55
visión baja propia de las sillas de ruedas.