3,20 x 4,30 metros en la fachada, rompiendo con
la tradicional escasa relación del interior y el ex-terior
de los caseríos, ya que los muros de carga
perimetrales eran pieles prácticamente herméti-cas
con pocas perforaciones. En el balcón de la
doble altura se sitúa un segundo salón, más pro-tegido
y de dimensiones inferiores, para un uso
más íntimo. Todos los espacios se conectan con
una nueva escalera de ebanistería que recorre las
distintas estancias.
ARQUITECTURA & MADERA 63